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1. Historia geológica de Urdaibai.

Durante la Era Palezoica, hace unos 250 millones de años, tuvo lugar un gran choque entre antiguos continentes conocido como Orogenia Herciniana, fruto de la cual se formó un supercontinente denominado Pangea, con grandes cordilleras en su seno. Una de ellas recorría la antigua Iberia desde Bretaña, entonces aneja a la Península.

Tabla cronoestratigráfica

Tabla cronoestratigráfica sobre la geología de Urdaibai.

Los sedimentos procedentes de la erosión de las montañas continentales y de la costa, iban a parar al fondo del mar, donde se depositaban. Al sedimentar nuevas capas, las inferiores sufrían un progresivo aplastamiento, compactándose y deformando estratos con el paso del tiempo. Así ocurrió durante los más de 200 millones de años que duró la era Mesozoica o Secundaria. Cada periodo de la misma se caracterizó por unas condiciones de profundidad, temperatura y tipo de sedimento peculiares. Las rocas más antiguas que hoy afloran en la superficie de Urdaibai se formaron al final del periodo Triásico, hace unos 180 millones de años. En aquellos tiempos, el mar que cubría la zona recibía sedimentos de grano muy fino y mantenía temperaturas altas. También tuvieron lugar intrusiones magmáticas que desde el subsuelo empujaron grandes masas de ofitas hacia arriba, penetrando en los estratos de arcillas.

Ofitas del Triásico

En primer plano de la fotografía el canal nuevo de la Ría de Urdaibai y al fondo el barrio Terlegiz de Kortezubi sobre ofitas del Triásico

Posteriormente, hace 175 milones de años, en el periodo Jurásico, la sedimentación se detuvo, el mar se hizo más profundo y proliferaron comunidades de invertebrados, algunos de ellos con partes duras tales como conchas, caparazones o esqueletos internos, que más tarde fosilizaron. Hoy son reconocibles en los estratos Jurasicos los restos petrificados de braquiópodos como Rhynchonella sp., Ammonites y Belemnites. Estos últimos, emparentados con los actuales cefalópodos, poseían un esqueleto interno en forma de huso, semejante a la pluma de los calamares, única porción de su anatomía conservada en le registro fósil.

Ammonites del Jurásico en Ibarrangelu
Ammonites del Jurásico en Ibarrangelu

Cincuenta millones de años más tarde, en el periodo Cretácico, continuó el fenómeno sedimentario sobre los estratos del periodo anterior. En una primera fase se formaron varias capas delgadas de grano fino junto a otras de mayor grosor, en presencia de óxidos de hierro que les dieron tonalidades pardo amarillentas. Se trataba del ambiente Weald, escasamente representado en Urdaibai. Sobre estas capas y las del Jurásico se desarrollaron grandes masas de arrecifes coralinos formando una barrera paralela a la antigua costa. En ellos proliferaron multitud de invertebrados, además de corales, que dejaron grandes capas de caparazones y conchas. Los más característicos y realmente abundantes en esta zona fueron los rudistas, moluscos bivalvos de forma cónica y con una de las valvas en forma de tapa, como el típico Toucasia. Junto a estos abundaban las orbitolinas y los braquiópodos. Este tipo de ambiente caracterizó al periodo Urgoniano. Los arrecifes se fosilizaron originando grandes formaciones de roca caliza.

San Miguel de Ereñozar
San Migel de Ereñozar
Corales que pueden observarse en Mundaka
Corales

Varios millones de años más tarde volvió a predominare el proceso de sedimentación, cubriendo los arrecifes y formándose el ambiente denominado Supraurgoniano, en cuyo dominio se alternaron momentos de decantación de limos con otros de arenas. Se formaron estratos de margas intercalados ente areniscas, u los abundantes restos de microorganismos e invertebrados tiñeron a aquéllas de negro. Esta alternancia de capas se denomina flysch, debido a que este sustrato es muy inestable y provoca frecuentes corrimientos de tierras cuando aflora con cierta inclinación.

Elantxobe
Elantxobe

El municipio de Elantxobe está situado sobre un flysch. A la derecha de la fotografía se pueden ver la obras de fijación de la ladera que están llevando a cabo.

Al final de la era Secundaria el territorio de Urdaibai, en el seno de la Cuenca Vasco-Cantábrica, permanecía aún bajo las aguas. Las costas más cercanas se situaban en la mitad de occidental de la Cantabria actual, el Sur de la Rioja, y junto al macizo de Cinco Villas, en el oriente de Gipuzkoa. Sobre tierra firme habitaban dinosaurios que dejaron restos y huellas impresas en los limos de dichas costas. Su repentina extinción hace 60 millones de años marca el final de lo que denominados Era Secundaria. Por entonces la Placa Ibérica estaba ya chocando con la Euroasiática por donde hoy se alzan los Pirineos orientales. Esto fue el preludio de lo que, apenas unos millones de años más tarde, en plena Era Terciaria y durante los siguientes 55 millones de años, originaría cambios significativos en la orografía de la Cuenca Vasco-Cantábrica.

A comienzos de la era Terciaria o Cenozoica cubría Urdaibai un mar poco profundo en el que se depositaron durante varios millones de años nuevas capas de sedimentos detríticos. Alcanzaron gran potencia y compactaron aún más los estratos formados anteriormente. Unos millones de años después, el desplazamiento hacia el norte del continente africano, sumado al giro y empuje de la Península Ibérica, provocaron el levantamiento de los diferentes arcos de montañas que rodean la Cuenca Mediterránea, es decir, el Atlas y las cordilleras Béticas, la Cordillera Cantábrica, los Pirineos, los Apeninos, los Alpes, los Cárpatos y los Balcanes. Este proceso de formación que transformó el relieve del sur de Europa y el norte de África se conoce como Orogenia Alpina.

Monte Oiz
Monte Oiz

El monte Oiz al fondo de la fotografía, visto desde el ayuntamiento de Mendata. Este monte está formado por materiales del Terciario.

Hace 50 millones de años la placa Ibérica amplió su frente de choque con el sur de lo que hoy es el territorio francés, levantando aún más los Pirineos. Unos 10 millones de años más tarde, este movimiento afectó a su Costa Atlántica. Debido a este empuje, se produjo un esbozo de subducción o hundimiento del océano bajo la placa Ibérica que elevó la Cornisa Cantábrica emergiendo la Cuenca Vasco-Cantábrica. Las fuerzas compresivas fueron tan potentes que plegaron y fracturaron los estratos depositados durante millones de años antes, haciéndoles emerger. Al combarse éstos originaron grandes elevaciones denominadas anticlinales alternadas con vaguadas o sinclinales. Así se formaron el anticlinal de Nabarniz y el de Bilbao, separados por el denominado sinclinal de Bizkaia, en el que se inscribe el actual monte Oiz. Los antiguos ambientes submarinos quedaron expuestos a la luz del sol, a la atmósfera y a sus fenómenos meteorológicos. Cesó la sedimentación submarina. En la zona que hoy ocupa Bizkaia, tomó las riendas del paisaje la erosión, que durante los últimos millones de años, ya en la era Cuaternaria, ha desmantelado los estratos superiores, dejando al descubierto otros niveles más antiguos. Los ríos y la escorrentía han succionado los anticlinales originando cuencas hidrográficas que no se corresponden con la forma original del plegamiento.

Las fuerzas orogénicas que dieron lugar a la emersión y plegamiento de la antigua Cuenca Vasco-Cantábrica, empujaron hacia arriba a las plásticas arcillas del Triásico, en un proceso denominado diapirismo, y en numerosos puntos del litoral cantábrico se fracturaron los estratos superiores, más duros y quebradizos. En la zona que hoy recorre el río Oka se rasgó el anticlinal de Nabarniz, y de forma similar a otros puntos de la Cornisa Cantábrica, se originó un ancho valle. La erosión superficial barrió los estratos recientes del Terciario y excavó progresivamente desde el mar hacia el interior el flysch del Cretácico Superior. Quedaron al descubierto las calizas urgonianas, más rígidas y fracturables, que fueron erosionadas por el río. Este continuó abriendo su cauce, hasta toparse con las arcillas impermeables del Triásico. De esta forma el anticlinal quedó finalmente enmascarado, y donde antes se alzaba una montaña, más tarde se abrieron diversos valles.

Mapa geológico de Urdaibai
Mapa geológico de Urdaibai

Este proceso erosivo dejó la descubierto los materiales diapíricos, a ambos lados de los cuales los estratos modernos se disponen de forma simétrica a un lado y otro del mismo, apareciendo en el centro los más antiguo, que constituyen el centro del diapiro. Es un proceso frecuente a lo largo de la Costa Cantábrica, característico de enclaves como Bakio y Urdaibai. Los diapiros costeros forman amplios estuarios al abrirse el valle central abarcando una ancha cuenca de fondos arcillosos semicubiertos frecuentemente por los sedimentos recientes.

A lo largo dela Era Cuaternaria, durante los últimos dos millones de años, se han producido sucesivos periodos de enfriamiento del hemisferio norte que conocemos como glaciaciones. Al expandirse los casquetes polares, los océanos perdieron volumen y retrocedieron, registrándose descensos de nivel de cientos de metros en determinadas épocas. Cuando el enfriamiento cesaba, el océano transgredía las costas avanzando tierra adentro. Hubo cuatro grandes glaciaciones con numerosos periodos intermedios en los cuales las costas del Atlántico avanzaron y retrocedieron sucesivamente. Como consecuencia de ello la Cornisa Cantábrica resultó erosionada a distintos niveles.

Cabo Matxitxako
Cabo Matxitxako

Durante la última glaciación, denominada Würm y cuyo periodo central se dio hace 1.000 años, el nivel de la costa de Udaibai se localizaba a 12 km al norte de su situación actual. Izaro era una prolongación de la dorsal de Atxarre y Ereñozar, y Ogoño delimitaba una cuenca hidrográfica mayor que la actual, en la cual el río Laga tendría espacio para evolucionar por territorios hoy cubiertos por el Cantábrico, constituyentes de la actual plataforma continental. Varios miles de años después de la última fase glacial, el nivel de la costa ascendió hasta asemejarse al actual. La progresiva variación de la costa obligaba el depósito de sedimentos en niveles diferentes según lo imponía el frente de marea. Los correspondientes a los últimos milenios se depositaron en el fondo del valle, sobre el afloramiento arcillosos del Triásico, ocultando su extensión real. Por otra parte, en el cabo de Matxitxako la erosión del flysch negro en los acantilados ha producido acúmulos costeros de coluviones en forma de grandes guijarros, esculpidos por la rompiente en las laderas del Monte Burgoa, en Arana (Bermeo).

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