Urdaibai Reserva de la Biosfera » Geografía » Rasgos del paisaje

Urdaibai forman parte, en su totalidad, de la unidad geográfica de la Península Ibérica conocida como Cornisa Cantábrica. Al igual que el resto de ésta, se trata de un territorio montañoso cuyas aguas van a parar al mar Cantábrico, mediante una red fluvial formada por ríos cortos y torrenciales, que evacuan el agua rápidamente hacia el océano.

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Mapa topográfico de Bizkaia.

El río Oka, en su descenso hacia el mar, ha sido el principal diseñador del paisaje, abriendo a su paso un gran valle central encarado al norte que rompe la dominancia de la orientación NW del resto de los valles de Bizkaia. A él van a parar otros ríos de similar longitud y caudal, como el Golako o el Berrekondo. El territorio es, pues, abrupto y en él se alzan gran número de montañas de modesta altitud que se ordenan de acuerdo con la estructura geológica del terreno, es decir, siguiendo las grandes alineaciones que marca el sistema del llamado Arco Plegado Vasco.

Hoy el río Oka se topa pronto con la marea. Esto impone sus ritmos diarios distribuyendo los abundantes sedimentos por las marismas y playazos del estuario. Sobre ellos vierte el río Mape, también conocido como Busturia o Sollube, mientras que el Artigas y el Laga desembocan en mar abierto, separados de la boca del estuario por los acantilados de Lamiaren Punta y Antzoras, a izquierda y derecha de la bahía respectivamente.

La Reserva de la Biosfera comprende dos núcleos urbanos de importancia, las dos villas que desde hace siglos centralizan la actividad económica de la comarca: Gernika-Lumo, situada en plena vega del río Oka, fundada en 1366, nudo de comunicaciones e intercambio comercial, situada en el centro geográfico del territorio, industrial y con un sector servicios pujante; y Bermeo, que fundada en 1236 y regada por el río Artigas, ha crecido alrededor de su puerto en la costa occidental del estuario con una decisiva vocación marinera, si bien en los últimos años, y tras el declive de la pesca, se está volcando en el sector turístico.

Gernika-Lumo visto desde Lumo.
Gernika-Lumo visto desde Lumo.
Bermeo
Bermeo.

El resto del territorio posee múltiples asentamientos humanos, todos ellos de tipo rural. Con una distribución heredada de las anteiglesias de la Bizkaia antigua, la mayoría están integrados por múltiples caseríos dispersos y otros agrupados en pequeños barrios alrededor de una iglesia y una plaza en la que destaca una o dos casas solariegas. Sólo dos de éstos municipios son estrictamente costeros, ambos nacidos alrededor de un pequeño puerto pesquero. Se trata de Elantxobe, literalmente volcado al mar desde la ladera oriental del monte Ogoño (305 m), y Mundaka, acogido al abrigo de la bahía, y cuyo núcleo rural ha crecido en las últimas décadas hasta constituir un pequeño casco urbano.

En su frenética carrera al encuentro con el Cantábrico, los ríos han modelado una completa gama de paisajes en Urdaibai. A grandes rasgos destacan tres tipos netamente diferenciados: las montañas que dominan las cabeceras de los valles dan paso al relieve suave y llano de las vegas y marismas para finalizar en la gran llanura azul del Cantábrico chocando contra una estrecha franja de cantiles, puertos y playas que dominan el horizonte.

Elantxobe
Elantxobe.
Mundaka
Mundaka.
Los cultivos forestales con pino de Monterrey
Los cultivos forestales con pino de Monterrey ocupan actualmente en Urdaibai un espacio extenso correspondiente a la campiña atlántica. En la fotografía se observan las tierras bajas de Kortezubi y, al fondo, Gernika-Lumo.

El ámbito interior se caracteriza por su orografía montañosa, con elevaciones de escasa altitud y pronunciadas pendientes. Llaman la atención la ausencia de suelo horizontal y la dominancia de cultivos forestales con pino de Monterrey. Este tipo de paisaje caracteriza, por ejemplo, al municipio de Muxika, el más extenso de Urdaibai. El asentamiento humano fue siempre escaso, muy disperso y generalmente ligado a los principales cursos de agua como en Zugastieta y Oka, donde ferrerías, molinos y pequeñas centrales eléctricas servían hace tan sólo unas décadas para, mediante la fuerza motriz del río, transformar los recursos que la tierra proporcionaba. Hoy estos barrios, al igual que Ibarruri, Gorozika o Ajuria, son ocupados por recientes explotaciones forestales que dominan el paisaje y generan una nada desdeñable producción de madera. Abastecen a serrerías como las de Astelarra y Zugastieta (Muxika) o la de Gernika-Lumo, así como a factorías de transformación y producción derivados, tales como a Inama y a Ebaki XXI, ambas en Muxika. Entre los pinares destacan parcelas desnudas, unas con matorrales incipientes, otras con profundos surcos en el suelo dispuestos para ser replantados. Otros municipios meridionales de Urdaibai, como Mendata o Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz, comparten este aspecto laberíntico de intricados valles cubiertos de tramas cuadriculadas, la más de color verde oscuro, pardas el resto. Barrios como Elexalde (Mendata) o Berreño (Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz), son también testigos de esta transformación.

Robledal de Arratzu
Robledal de Arratzu.

Continuando hacia el norte de la comarca, presentan idéntico aspecto las tierras altas de Arratzu en los montes de Arrola y Gastiburu, el monte Gañaga (322 m) en Gernika-Lumo, los barrios de Maiaga y Arriaga en Errigoiti, o el interior de Busturia por las laderas del Sollube hasta el Kurtxigane (440 m) sobre Paresi y hasta el Añetu (367 m) sobre Altamira. Es el paisaje típico de las cabeceras de valle, donde manan los innumerables arroyos que conforman las cuatro cuencas hidrográficas de Urdaibai. Tan sólo quedan algunos bosques residuales y las casas-torre con sus ermitas y molinos cercanos como testigos de otros tiempos en los que el paisaje mudaba de color con cada estación. Hoy la Torre de Montalbán en Arratzu, la de Oka en Muxika o la de Albiz en Mendata, testigos de la transformación sufrida, se ven avasalladas por el perenne verdor del pino de Monterrey. Sobre las laderas más inaccesibles quedan restos de lo que hace apenas unos siglos fue la cubierta vegetal predominante: Bosques de robles y otras especies caducifolias que cubrieron el interior de Bizkaia como el de toda la Cornisa Cantábrica. Apenas se vislumbra hoy lo que fue un bosque mixto en las laderas del monte Askari (219 m) sobre Oka (Muxika) o un robledal en Elexalde (Arratzu) y Oralde (Mendata), actualmente la mayor extensión de bosque caducifolio de Urdaibai. Salpican la comarca otros muchos reductos nemorales, aislados y escuetos. Restos de bosques húmedos en galería serpentean siguiendo el cauce de los arroyos, como ocurre en Zugastieta (Muxika) o Loyola (Mendata).

Por la frontera occidental de Urdaibai, las repoblaciones se acercan hasta la costa en las laderas de los montes Urkimendi (330 m) y Garbola. Cobra aquí importancia otra especie forestal, el eucalipto, coprotagonista con el pino de Monterrey del paisaje montaraz humanizado de Bizkaia. Un buen ejemplo de estas plantaciones lo constituye la densa masa que cubre el monte Burgoa en Bermeo.

Continuando valle abajo, en el área central de Urdaibai, las pendientes disminuyen y los cursos de agua ralentizan y divagan a través de amplios cauces. Allí se han formado los primeros lechos de inundación cubiertos de ricos sedimentos que el ser humano ha utilizado como suelo agrícola probablemente desde el Neolítico. Ocurre así en Astelarra (Muxika), Kanpantxu (Ajangiz) y Uarka (Arratzu).

Campiña atlántica en Ajangiz
Campiña atlántica en Ajangiz.

Es la vega fértil de Urdaibai, el paisaje característico de las tierras bajas, que se acerca a la costa por una estrecha franja entre el estuario y los montes, por tierras de Forua, Altamira en Busturia o Zelaieta, Isla y Kanala en Gautegiz Arteaga. Se trata de la campiña atlántica: un mosaico integrado por caseríos dispersos, a lo sumo agrupados en pequeños barrios, tierras de labor, prados, setos y rodales, vestigio de los antiguos bosques que cubrían la comarca. La campiña es el paisaje característico de los fondos de valle en Urdaibai, pero alcanza su máxima expresión en el mismo centro de Urdaibai. También aquí hacen acto de presencia pequeños cultivos de coníferas, una moderna forma, cada vez menos cómoda y menos rentable a medio plazo, de extraer riqueza de estas fértiles tierras.

Lugar en el que el río Golako y el  Oka se juntan
Lugar en el que el río Golako y el Oka se juntan.

Desde el barrio gerniqués de Rentería hasta los arenales de Axpe, en Busturia, se extiende en el paisaje una amplia explanada surcada por un canal levemente curvo de cinco kilómetros de longitud. Los y las habitantes de la comarca lo conocemos como “Corte de la Ría”. A sus lados, junto a los meandros del antiguo cauce del río, destacan amplios prados húmedos y terrenos de cultivo surcados por acequias y roquedos de diques, denominados popularmente “munas”, en adaptación directa del euskara. Por su semejenza con los pólderes holandeses los terrenos de cultivo ganados al estuario reciben este mismo nombre. Se conocen desde hace siglos los de Barrutia en Arratzu, Basozabal y la propia anteiglesia de Kortezubi, lo mismo que los de Orueta y Portu en Gautegiz Arteaga, donde el agua llegaba en las sicigias o pleamares solsticiales hasta los propios caseríos. Fuera del ámbito del canal existen también amplios pólderes en Ozollo y Anbeko (Gautegiz Arteaga) y en San Martín (Murueta), San Kristobal y Axpe (Busturia). En sus acequias brotan juncos y carrizos, y sus pastizales acogen a miles de aves durante el invierno, mientras las olas de frío barren Europa.

Pólder de Anbeko
Pólder de Anbeko.

Entre los meandros de la ría y el canal, donde el terreno se encharca con el agua de los arroyos, crece una vegetación palustre que se renueva cada año, un carrizal inaccesible rodeado de sauces y alisos. En su hábitat muy escaso ya hoy en la costa Cantábrica. Las masas más extensas de carrizal en Urdaibai, y por ende en la Costa Vasca, se encuentran junto a Elexalde y el altozano de Gaitoka en terrenos de Forua y Kortezubi, en Gautegiz Arteaga, y también en Murueta. En estas áreas perduran aún caseríos levantados sobre el lodo, tales como los molinos de marea Ozollo y Mallukitza, testigos de un pasado en que el ser humano aprovechaba el trabajo que el mar derrocha.

Continuando al norte por la margen izquierda de la Ría, resalta en el paisaje la chimenea de la antigua tejera de Murueta y más adelante el astillero, factoría en activo desde 1943. Destaca a continuación el gran arenal artificial de San Kristobal y Axpe de Busturia, y junto a él los juncales y extensas llanuras de limos negros rebosantes de vida de las marismas, que alimentan a innumerables aves durante las épocas de migración e invernada. De aquí en adelante la marea no pierde ritmo. El agua invade y descubre dos veces diarias lodos y arenas, y el paisaje se torna ahora azul donde hace unas horas era amarillo y negro.

Gautegiz Arteaga
En la parte inferior de la fotografía está Gautegiz Arteaga y, en el centro, el canal artificial y recorrido natural de la ría, uno al lado del otro.

A ambos lados de la vega, encauzándola hacia el norte, se alzan montañas cubiertas de encinares y matorrales siempre verdes. Son más extensos en la margen derecha, donde abarcan desde el monte Aozar (342 m) en Nabarniz hasta los roquedos de Atxarre (311 m) y Ogoño, ambos al borde del mar. Por la ribera izquierda este tipo de foresta se restringe a las peñas Foruko Atxa (366 m), Atxa Punta y Apartola Haitza (180 m) en territorios de Forua, Murueta y Busturia.

Estos bosques tupidos e infranqueables ocultan roquedos calizos plagados de agujeros y galerías que el agua ha abierto disolviendo la roca. Los arroyos se cuelan por ellos y desaparecen tal y como surgieron, esto es, por sorpresa. Es el caso del monte Ereñozar (448 m) entre Kortezubi y Ereño, cuyas laderas se hunden para formar las depresiones de Bollar al este y Basondo al sur. En la ribera izquierda de la Ría ocurre algo similar en la depresión de Malluku, formada en la ladera occidental de Foruko Atxa.

Estos valles y montañas calizos, y las cuevas que, como Santimamiñe en Kortezubi, en ellos abundan, sirvieron de cazadero y refugio a los pobladores prehistóricos de Urdaibai. Destacan también en su seno grandes socavones conocidos como dolinas rodeando al monte Muruaga (362 m), tales como la de Matxibane, junto al barrio de Akorda, o la de Iruskieta, ambas en el municipio de Ibarrangelu.

Aquí las encinas son adultas y en las umbrías ceden el lugar a castañares y robledales que rompen la monotonía del encinar y aportan diversidad paisajística y biológica de alto interés.

En la zona norte de Urdaibai, el mar se adueña del paisaje. El estuario se tiñe de amarillo durante la bajamar. Los arenales de Sukarrieta y Laida cierran la desembocadura del río Oka frente al puerto de Mundaka. En ambos lados de las playas comienzan los acantilados. Por la costa occidental, los promontorios de Santa Katalina, Murgoa y Lamera separan a Bermeo y su puerto de la bahía; les siguen después la escueta playa de Aritxatxu entre los acantilados de Talape y Tonpoi. Las laderas del monte Burgoa se precipitan al mar en Trankilpunta y Kargaderua, precipicios de hasta 100 m de desnivel cuya erosión produce los grandes guijarros de la rompiente denominados en la comarca “arribolak”.

Valle de Oma, en Kortezubi
Valle de Oma, en Kortezubi.

Finalmente el cabo Matxitxako queda señalado en el horizonte por las tres torres de sus faros y sirena, rodeados de matorrales que respiran el salitre de la rompiente.

Vista desde el aire del entorno en el que la ría confluye en el mar
Vista desde el aire del entorno en el que la ría confluye en el mar.

Los montes Sollube y Burgoa forman en el noroeste de Urdaibai la cuenca del río Artigas, en su mayor parte perteneciente a Bermeo. A pesar de la absoluta carencia de terrenos llanos y vegas de inundación, Bermeo alberga una alta densidad de caseríos en su campiña, esparcida por las laderas entre los acantilados costeros y las cumbres. Resalta en ellas el brillo de las hojas de miles de eucaliptos plantados en la pendiente. Trepando por los barrancos y arroyos se agolpan los últimos grupos de frondosas, que disfrutan de un clima especialmente benigno garantizado en estos rincones costeros por el Cantábrico.

Aritxatxuko hondartza
Aritxatxuko hondartza.
Laga eta Ogoño
Laga eta Ogoño.

La costa es más diversa hacia el este. Detrás de Laida los acantilados de Antzoras cuentan con su pequeña cala playera en Antxon Azpia. Una crestería sumergida, testigo de épocas de regresión marina durante las glaciaciones, conecta la isla de Izaro con el monte de Atxarre en tierra firme. Delatan su existencia escollos a flor de agua que la bajamar descubre, como los de Otzarri y Lemajale. Continuando hacia el este aparece la playa de Laga con sus reductos dunares. Junto a ella la peña Asnarre, que pasa desapercibida delante del gran peñón de la costa Vasca, Ogoño, con su pared de 200 m de desnivel encarada a poniente. El encinar cubre la roca y se descuelga hasta la rompiente compartiendo la vertiente oriental con el pueblo de Elantxobe, cuyas casas trepan ladera arriba sobre el recóndito puerto. Finalmente, siguiendo las playas de guijarros bajo Montecalvo, se divisa Arboliz Punta, confín nororiental de Urdaibai. Detrás aparecen Abadeatxa y Erminto Muturra, accidentes geográficos de la costa de Ea, en los aledaños de Urdaibai.

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