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El episodio de las guerras banderizas en la Edad Media, bajo su manifestación externa más evidente, las violentas luchas que mantienen los distintos bandos, queda documentada en Ereño gracias a la crónica de Alfonso XI donde se inserta un episodio que narra el cerco que en 1334 sufrió el Castillo-Torre de Ereñozar cuando se refugió en ella el conde Don Tello al que perseguía Pedro el Cruel, y que no pudo ser tomada.

Restos del castillo en la cumbre del monte Ereñozar. A la izquierda de la fotografía la subida actual a la ermita y posiblemente, en otra época, al castillo. A la derecha, restos del muro de piedra que circundan toda la cumbre, siendo éste el único resto del castillo.

Este castillo de Ereñozar, cuyos restos pueden observarse en torno a la actual ermita de San Miguel de Ereñozar donde se conserva un sarcófago con hueco antropomorfo, ejemplares normalmente utilizados por la nobleza, es citada por Labayru en el año 1332 como una de las cuatro con más fama de Bizkaia por entonces, siendo según el mismo historiador, destruida en 1409 seguramente en otro de los innumerables actos de violencia protagonizados por los estratos superiores en este periodo.

Sarcófago con hueco antropomorfo.

A la derecha del camino de subida a San Migel de Ereñozar desde Ereño hubo un caserío u hórreo llamado Gaztelu (Castillo en castellano).

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