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Todos los increíbles seres vivos asociados a la columna de agua o, mejor dicho, que viven entre dos aguas forman parte del llamado Reino Pelágico. La zona pelágica esta dividida en dos áreas: una asociada a lugares de poca profundidad conocida como nerítica, cercana a playas y acantilados, y otra más alejada de la costa, la oceánica, donde la profundidad se mide ya en kilómetros. Los numerosos organismos que viven en estos, todavía desconocidos, hábitats se adaptan perfectamente a un medio tan particular como es el agua.

Plancton

En la base del ecosistema se sitúa el plancton. Por lo general de un tamaño tan pequeño, que se hace necesario el empleo de lupas o microscopios para su observación. Este conjunto de organismos está compuesto por plantas –fitoplancton- y animales –zooplancton- incapaces de moverse más allá de sus desplazamientos verticales de migración, quedando por ello a merced de las corrientes y del resto de los habitantes marinos.

Los barcos de pesca de bajura de Bermeo capturan peces pelágicos
Los barcos de pesca de bajura de Bermeo capturan
peces pelágicos.

El plancton, variable en el tiempo, es muy sensible a las condiciones meteorológicas y oceanográficas. Esto choca con la idea primitiva que tenemos del mar como un gran productor de vida. Y es que, en realidad, la vida se concentra en lugares dispuestos a modo de oasis dentro de un gran desierto. La aparición del plancton en ingentes cantidades (“blooms”) es debida a la combinación de varios factores: aguas frías oxigenadas, ricas en nutrientes, una temperatura adecuada… En estas zonas se genera gran cantidad de vida; y allí, acuden los peces para alimentarse y reproducirse, asegurando en lo posible la supervivencia de su descendencia.

Por otro lado, las variaciones estacionales provocan grandes migraciones en la mayoría de las especies pelágicas, que se moverán en busca de zonas adecuadas para alimentarse en invierno y para reproducirse en verano.

CARACTERÍSTICAS EXPLICACIÓN
Camuflaje Los pelágicos necesitan mecanismos para ocultarse en un medio en el que pasar inadvertido es tan importante para conseguir alimento como para no ser devorado. Pero en la zona pelágica no es posible esconderse en una cueva o enterrarse en la arena. Así que, el primero de sus problemas, comer, la resolvieron con un perfecto camuflaje: vistieron su dorso de una tonalidad oscura, difícilmente distinguible desde la superficie, en combinación con un vientre de color plateado o blanco, imposible de ver desde las profundidades. Este disfraz les ha permitido pasar inadvertidos ante sus depredadores y les ha ayudado a convertirse en los más expertos cazadores capaces de capturar a su presa por sorpresa.
Formación de cardúmenes Para escapar de los ataques de sus depredadores viajan en cardúmenes o bancos de varios cientos de individuos llegando a crear, en muchos casos, verdaderas paredes submarinas.
Hidrodinámica Existen increíbles registros sobre la rapidez de los atunes, los reyes de la velocidad, capaces de alcanzar hasta 60 km/h. El mantenimiento de tan altas marcas durante sus largas migraciones requiere un gasto metabólico muy elevado. Precisamente, esta necesidad energética es la responsable de su gran voracidad.
Estrategia reproductora Ésta es típica de los peces óseos y está basada en la liberación de millones de huevos directamente al medio externo, en el que son fecundados. Esto contrasta con los peces cartilaginosos, cuya forma de reproducción (interna) podría ser una de las causas del lento crecimiento y regeneración de sus poblaciones.

Taula 1: Algunas características de los peces pelágicos. Existen características comunes para todos los peces pelágicos que han sido desarrollados a lo largo de muchos años de evolución.

Animales pelágicos del litoral de Urdaibai

Entre los peces pelágicos pequeños, tenemos la anchoa, el chicharro, el verdel y la sardina.

La anchoa (Engraulis encrasicolus) es un pequeño pez de vida corta, que difícilmente supera los tres años de edad y los 20 centímetros de talla máxima. Esto se debe a la gran mortalidad a la que está sometida, ya sea natural, es decir, producida por los depredadores, o ejercida por el ser humano. La anchoa, no obstante, es un reproductor incansable. Habitantes de capas profundas en invierno, se ven obligadas a ascender a la superficie en primavera, una migración que las acerca a desovar en nuestras costas. Estos pececillos eligen cuidadosamente para la ocasión las zonas donde existe mayor concentración de plancton (desembocaduras de ríos y rías) para garantizar el alimento de las larvas recién eclosionadas. La dieta de estos diminutos seres, compuesta tanto de fitoplancton como de zooplancton, resulta crítica en los primeros días de vida, pues una vez la larva consume sus reservas vitelinas tiene que valerse por si misma.

El desarrollo del huevo depende directamente de la temperatura. Si las condiciones son las adecuadas, en un par de días eclosiona una larva que tendrá que sortear muchos peligros hasta llegar a su etapa juvenil. Se suelen encontrar grandes cardúmenes de juveniles de anchoa, también conocidos con el nombre de “txitxina” en el puerto de Mundaka a finales de verano.

Es una especie de gran importancia, pues no se trata sólo de ejemplares de gran valor económico con una enorme repercusión en la sociedad (el negocio surgido de esta pesquería mueve miles de millones de euros al año, ocupando a muchos pescadores y personal de conserveras), sino que constituye la base alimentaria de numerosas especies, algunas de ellas de tan importante valor económico como la merluza y el atún.

La sardina (Sardina pilchardus) es un poco más grande que la anchoa, alcanzando los 25 centímetros de talla máxima. Algunos ejemplares pueden llegar hasta los 12 años de edad, aunque la presión pesquera a la que se les somete hace que los individuos capturados mueran bastante más jóvenes.

En la actualidad son pecados con redes de cerco, al igual que las anchoas. Cuando los primeros arrantzales vascos decidieron explotar los recursos que existían al alcance de sus puertos construyeron embarcaciones ligeras y de fácil maniobra, que recibieron el nombre de traineras. Eran tripuladas a remo por trece hombres, aunque podían también armar a ellas una vela.

Entre las especies de mayor tamaño encontramos el verdel o caballa (Scomber scombrus). Este ejemplar puede alcanzar los 50 centímetros. Podemos verla en grandes cantidades nadando e nuestras costas durante los meses de abril y mayo, aunque también es posible encontrarla asiladamente durante todo el año. Su alimentación esta basada en peces, moluscos y crustáceos.

Anchoa
En las pescaderías de nuestra comarca fácilmente
se pueden comprar boquerón o anchoa capturada
en las aguas litorales de Urdaibai y de su entorno.

Junto al verdel es frecuente ver otro pez pelágico de tamaño medio. Se trata del chicharro común o jurel (Trachurus trachurus).

Los peces gran pelágicos son unos incansables navegantes. Existen varias especies de túnidos que actualmente constituyen pesquerías de gran importancia. Entre ellas se encuentra el atún blanco (Thunnus alalunga) y el gran atún rojo (Thunnus thynnus).

El atún blanco o bonito del Norte es de pequeño tamaño, sólo alcanza un metro de talla y 30 kg de peso. A mediados de junio se aproxima a la línea costera formando parte de grupos numerosos, donde permanece hasta octubre. En el otro extremo se encuentra el atún rojo o cimarrón. Como máximo puede alcanzar los 500 kg de peso y más de tres metros de longitud. Estos impresionantes ejemplares son los denominados comúnmente atunes gigantes. Realizan grandes migraciones desde las zonas de reproducción en el Mediterráneo, donde permanecen durante la primavera y comienzos del verano, hasta su zona preferida de alimentación en el golfo de Bizkaia. Allí se quedan hasta otoño y en invierno regresan a las zonas meridionales para pasar la estación fría.

Txitxarro beltza
Venta de chicharro negro (Trachurus
picturatus
) en una pescadería.

Otros animales grandes pelágicos son los cetáceos, los tiburones y las tortugas.

La relación de los pobladores de las costas vascas con las grandes ballenas se remonta al siglo VII. En el siglo XIII la actividad ballenera alcanzó tal importancia en la vida de estos habitantes, que algunos pueblos incluyeron el símbolo de la ballena en sus escudos. Por ejemplo, Bermeo.

Entre las principales especies de interés comercial destacaba la ballena franca septentrional, o ballena de los vascos (Eubalaena glacialis). Su natación lenta y la posibilidad de mantenerse a flote una vez muerta hicieron que esta especie fuera cazada en el golfo de Bizkaia hasta su desaparición.



En el golfo de Bizkaia viven alrededor de 25 especies de cetáceos, de los que 11 pueden observarse desde el medio terrestre. (Ver tabla 2)

GRUPOS PRINCIPALES NOMBRE COMÚN NOMRE CIENTÍFICO ALGUNA CARACTERÍSTICA
Misticetos. Ballenas con barbas. Zere txikia
Balaenoptera acutorostrata
Puede alcanzar los 10 metros de longitud
Zere arrunta Balaenopeta physalus Puede alcanzar los 25 metros de longitud
Odontocetos. Cetáceos con dientes. Izurde pilotu edo hegats luzekoak Globicephala melas 4-6 metroko luzera du. 15-50 aleko taldeetan ibiltzen dira. Familiako senideen arteko harreman estua izaten du espezie honetako talde osoak hondartzetan itsasoratu ezinik geratzearen arrazoia
Orka Orcinus orca Arrak 10 metro luze izan daitezke
Izurde marraduna Stenella coeruleoalba Ozeanorako joera handiagoa izan arren, lehorretik ikus daitezke
Izurde arrunta Delphinus delphis Ozeanorako joera handiagoa izan arren, lehorretik ikus daitezke
Izurde handia Tursiops truncatus 1,9-3,9 metro artekoa izan daiteke. Mundu osoan zehar izurde bertakotu edo enbaxadoreak daude. Espezie honetako ale bakartiak izaten dira, arrazoi ezezagunek erakarrita leku berean urteak ematen dituztenak
Izurde muturmotza Grampus griseus Arrak 4 metro luze izan daitezke
Cuvier moko-balea Ziphius cavirostris 7 metro luze izan daiteke
Kaxalotea Physeter macrocephalus Zefalopodoak janda elikatzen da 3.000 metrorainoko sakonerako uretan
Mazopa arrunta Phocaena phocaena Animalia lotsatiak dira, eta kostako inguruko urak atseginago dituzten arren, nekez ikusten dira argi eta garbi, eta are gutxiago hurbiltzen dira ontzietara

Los tiburones se encargan de controlar al resto de las poblaciones, y su desaparición puede provocar grandes desajustes en el mismo. Su estrategia reproductiva, de pocas crías al año, unida a la pesca, tanto dirigida como accidental, está poniendo en peligro la especie.

El cailón o marrajo (Lamna nasus) es relativamente abundante en nuestros mares, aunque gusta de aguas más oceánicas. Vive en áreas superficiales y generalmente no descienden a profundidades que estén por debajo de 150 metros. Se aproxima a las costas hacia marzo persiguiendo y capturando peces de naco, así como calamares. Puede alcanzar los 3,5 m de longitud.

Otra especie común es nuestras costas es el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus). Tal y como indica su nombre científico, su principal característica es su gran tamaño. Puede alcanzar los 15 metros de longitud. Se alimenta mediante filtración. Forma grupos.

El marrajo (Isurus oxyrhinchus) es asiduo del litoral vasco. Es el tiburón más frecuente de las zonas cálidas de todos los océanos. Es raro verlo en nuestros mares. Evita las aguas profundas, y permanece cerca de la superficie, donde persigue a sus presas: peces de banco como sardinas, anchoas, chicharros, caballa, así como peces grandes de alta mar y calamares.

La tintorera o tiburón azul (Prionace glauca) también puede observarse.

Escudo del municipio de Bermeo
En el escudo del municipio de Bermeo
se puede observar el símbolo de
la ballena.

La última mención la dejamos para las tortugas marinas. Son grandes viajeras, capaces de recorrer largas distancias (hasta 13.000 kilómetros) desde sus lugares de alimentación, hasta las zonas de cópula cerca de la costa.

En las aguas de la costa vasca se han registrado varamientos de la tortuga laúd (Dermochelis coriacea) y de la tortuga boba (Caretta caretta). En la mayoría de los casos llegan vivas. Tras evaluar su estado de salud y practicar las curas necesarias, vuelven a ser introducidas con un índice de éxito elevado. La tortuga laúd es la más grande. Es la única de las tortugas marinas que ha desarrollado una serie de adaptaciones para mantener su temperatura interna a 25ºC, lo que le permite alcanzar zonas de aguas más frías. La tortura boba se acerca más al litoral e, incluso, se adentra en estuarios y rías. De todas las especies de tortugas es la que aguanta mejor las temperaturas bajas.

La tortuga carey (Eretmochelys imbricat) y la tortuga verde (Chelonia midas) visitan asiduamente nuestro litoral.

Actualmente existen graves problemas de conservación de las tortugas marinas, ya que al bajo índice de supervivencia de los neonatos hay que sumar los problemas de contaminación, tanto química (afectando a aspectos relacionados con una mayor tasa de enfermedades y descenso de la fertilidad) como física (plásticos que accidentalmente confunden con comida), así como el efecto de la pesca no selectiva (redes de deriva y palangre).

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