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Estaba situado en la población de Libao, en el barrio de Mendiguren, entre lo caseríos Bekoetxeaurrekoa y Garaibeaskoa. Se valía de la aguas del arroyo Oxinaga.

Este molino aparece documentado junto con el de Kornabiz desde mediados del XVI, para desaparecer en la segunda mitad del XVII y para ser otra vez reconstruido en la primera década del XIX.

En 1617, a Don Luis de Butrón le cedieron por un año sin renta la ferrería de Kornabiz para que se cobrará lo que la anteiglesia le adeudaba junto con el molino de Villanza, que quedó comprometido por otros dos años más después del de Don Luis en favor del escribano Nicolás de Goicoa y luego de Domingo de Bajeneta Ascarraga. Estas vicisitudes vinieron a deteriorar la instalación harinera, de la que en 1659 se decía “que está de mucho tiempo a esta parte demolido y parado sin que ningún arrendatario quiera encargarse de él... para ponerle corriente y moliente tendría muchos gastos, más del provecho que podrá dar en ningún tiempo”.

En 1635 el molinero de este molino fue multado con 600 maravedís por cobrar más de 5 libras por cada fanega de trigo y maíz.

Los ingresos de Villanza volvieron a manos de la anteiglesia desde 1678 hasta finales de los años 20 del XVIII, pero también los gastos de mantenimiento.

En 1745 esté molino pertenecía a Don Pedro Antonio de Arana y Butrón y más tarde a Don Alejandro de Eguía y Arana, “Padre de la Provincia”, título honorífico por haber sido Diputado General del Señorío, a finales de la centuria.

En 1745 estuvo parado y desapareció en la segunda mitad del XVIII. Fue reconstruido a comienzos del XIX, habiendo perdido toda rentabilidad. Su nuevo propietario, un tal Francisco de Bilbao, vecino de Arrieta, lo había levantado de sus ruinas a costa de pagar un tributo perpetuo anual de 88 reales a Don Alejandro de Eguía y gracias a 700 ducados que éste le había prestado y que suponían a Bilbao tener que pagar unos intereses anuales de 23 reales. La menguada renta del molino en 1810, 308 reales, no llegaba para cubrir las pensiones que tenía contra sí a pesar de lo cual subsistía en 1823.

Entre 1826 y 1835 Don Luis de Butrón volvió a hacerse cargo de este molino.

Bekoetxeaurrekoa
A unos 300 metros aguas arriba del caserío
Bekoetxeaurrekoa se situaba el molino
Villanza.

A principios del siglo XX dejo de funcionar.

Dispuso de un eje de molino.

Actualmente, sólo quedan algunos restos de este molino.

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