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Bizkaia es un entorno con abundantes aguas minero-medicinales. Muchas de ellas nunca han sido conocidas por el gran público y siempre han sido usadas de forma empírica por los y las vecinas del lugar, y a todas les eran atribuidas virtudes curativas. Sólo algunas fueron debidamente estudiadas, documentadas y analizadas, por lo que fueron comercializadas, constituyéndose sobre ellas los once balnearios que funcionaron principalmente a finales del siglo XIX. Una de estos balnearios estuvo en el barrio Terlegiz de Kortezubi y funcionó como tal hasta 1939. El manantial pudo ser descubierto hacia 1840. En 1887 dispuso de tres manantiales. Dos eran sulfurosos y uno ferruginoso. Posteriormente, pasó a manos de la orden religiosa de los javerianos y lo usaron como seminario y como lugar de reuniones de tipo religioso para seglares. En la actualidad y, desde hace más de 20 años, funciona como comunidad terapéutica para personas drogodependientes. Asimismo, el edificio que albergó el primer hotel y el baño del balneario están totalmente destruidos.

El agua ha sido para el ser humano elemento fundamental de vida, tanto en su composición como en sus utilidades. Desde el principio de los tiempos, la inmersión del cuerpo en el agua y su permanencia en ella fue utilizada por el ser humano, al igual que hacían los animales, como uso higiénico y como medida beneficiosa ante determinados males.

Aguas mineromedicinales

El agua mineromedicinal sería el agente terapéutico de la hidrología médica, y debe sus efectos fundamentalmente a su composición química especial y peculiar en cada manantial, fuente, balneario o estación termal.

Existen muchas definiciones de esta agua.

Una es la de la Organización Mundial de la Salud. Según ésta el agua mineral natural es toda agua bacteriológicamente incontaminada, procedente de una fuente subterránea, con un mínimo de mineralización de 1 g por kg de agua, o 250 mg de CO2 libre y con propiedades favorables para la salud.

Matxitxakoko talaia.
Manantial de aguas ferruginosas.
Estas aguas son limpias, claras,
frescas, de un gusto astringente
metálico, a veces estíptico, sin olor
apreciable. Se conocen todas ellas
como “Metal ura” (Agua de metal).
Se alteran con el contacto del aire
y la luz. Al poco tiempo de salir
del manantial, se cubren de una
película rojiza, lo que nos hace
distinguirlas inmediatamente al ir a
localizarlas, pues depositan, por
donde recorren, sedimento correoso
formado por el óxido de hierro. La
indicación de las aguas ferruginosas
ha sido como reconstituyentes y en
todos los cuadros donde haya un
déficit del mineral (anemias,
amenorreas, etc.).

Otra es la de la Reglamentación Técnico-Sanitaria de 1991 del estado español. Ésta establece que "aguas minerales naturales son aquellas bacteriológicamente sanas que tengan su origen en un estrato o yacimiento subterráneo y que broten de un manantial en uno o varios puntos de alumbramiento, naturales o perforados. Estas aguas pueden distinguirse claramente de las restantes aguas potables: a) por su naturaleza, caracterizada por su contenido en minerales, oligominerales y otros componentes y, en ocasiones, por determinados efectos. b) por su naturaleza original. Características éstas que han sido conservadas intactas, dado el origen subterráneo del agua, mediante la protección del acuífero contra todo riesgo de contaminación".

Pero, ¿cómo se generan las aguas mineromedicinales?

El primer paso es obtener aguas minerales naturales. Éstas proceden de forma obligatoria de una fuente subterránea, generalmente de aguas meteóricas (lluvia o nieve) infiltradas desde la superficie hacia capas más profundas por efecto de la gravedad, cuya temperatura se ha elevado a lo largo de su circulación profunda. Posteriormente pueden ascender hasta la superficie a través de fisuras y fracturas de las rocas, producidas por diversos mecanismos de surgencia, que vienen a su vez determinadas por la fractura intensa de una o varias fases tectónicas, o por la presencia de valles o depresiones. Gracias a ello brotan de un manantial en uno o varios puntos de alumbramiento, ya sean naturales o perforados. Debido a esta circulación profunda, las características fisicoquímicas de las aguas dependen en gran medida de las del terreno por donde han circulado. Esta es la razón por la que la composición y características hidrogeológicas de las aguas minerales es de lo más variado. Así, se puede decir que no hay dos aguas iguales en composición. Pero a pesar de ello, este punto no explica totalmente las características fisicoquímicas peculiares de esta agua, y se debería atribuirle también un origen endógeno, es decir, magmáticos, volcánicos y químico.

Matxitxakoko talaia.
Edificación que data del año 1861.
En la fachada delantera, en un cartel
de caliza, podemos leer la siguiente
inscripción: Edificada por D. Domingo
de Uria. Año 1861.

Las aguas termales, por otro lado, son aguas subterráneas cuya temperatura de surgencia sea superior al menos en cuatro grados centígrados a la media anual del lugar donde alumbren.

Por tanto, todas las aguas minerales naturales proceden de una fuente subterránea y no presentan contaminación por bacterias. Contienen más de un gramo de mineralización por kg de agua, o temperatura superior a 20ºC, o contienen ciertos componentes esenciales en una mínima cantidad, como yodo, hierro, azufre, arsénico, radiactividad o CO2 libre. Además, su composición fisicoquímica debe permanecer inalterable en el tiempo, es decir, permanencia en el tipo de mineralización.

La segunda y última característica es que sus efectos terapéuticos para la salud se demuestren sobradamente y que sean declaradas de utilidad pública por el organismo competente en cada Comunidad Autónoma.

Las fuentes ferruginosas son muy abundantes en toda Bizkaia y, también, en Busturialdea. No habrá término municipal que no posea alguna de estas aguas ferruginosas. Esto es así, debido a la geología de la superficie, toda ella impregnada de óxidos de hierro. Existen varios manantiales ferruginosos, por ejemplo, en Bermeo, cerca del cabo Matxitxako y en las laderas del monte Sollube, y en Gautegiz Arteaga. La de Gautegiz Arteaga es citada por primera vez en 1764 en la obra de D. Pedro Gómez de Bedoya y Paredes.

A finales del siglo XIX, en Bizkaia funcionaban principalmente once balnearios. En Busturialde uno nada más: el balneario de Terlegiz, de Kortezubi.

Balneario de Terlegiz, en Kortezubi

El manantial surge en el barrio de Terlegiz, en un lugar denominado Larrondo.


Manantial de aguas sulfurosas. En
1853, el aforo es abundante,
señalándose la cifra de 200 azumbres
por minuto. En 1876 el aforo estimado
es de 400 litros por hora, señalándose
también esta cifra en 1927.

Las aguas de este balneario salen a una temperatura constante de 18ºC, siendo su densidad de 1,0015 kg/m3.

Está agua, atraviesa terrenos superficiales en los que abundan restos vegetales en descomposición. Éstos se apoderan del oxígeno, del sulfato, y el azufre forma con el agua hidrógeno sulfurado, que es quien la mineraliza. Las aguas de este antiguo balneario no tienen sulfuros y al elevar su temperatura pierden su principal agente mineralizador que es el ácido sulfhídrico.

La fecha del descubrimiento del manantial podría ser hacia 1840. Según cuentan, un criado de la propietaria del terreno, doña Gregoria de Uria, notó un fuerte olor fétido, y pensó que se trataba de un animal muerto, comprobando la existencia de una corriente de agua, que probó, percibiendo su nauseabundo olor. Avisada la dueña, ésta verificó que el agua se parecía a la de Elorrio y lo comunicó a los médicos y farmacéuticos del lugar para que la analizasen y explotasen, en caso de que ello fuese rentable.

El edificio del establecimiento del balneario fue construido en 1848.

Nada más descubrirse el manantial por la Sra. Uria y analizar el agua (señor La Calle), y tras ser declarada de utilidad pública, se construyó una especie de barracón pequeño, con cuatro malas divisiones, para otras tantas piezas de baños, sin casa-hospedería. Los bañistas se alojaban en los caseríos vecinos. Esta primera construcción duró hasta 1860.

En 1876 existe sólo un manantial que se recoge en un depósito herméticamente cerrado. De él salía el agua por dos tubos, uno lleva el agua directamente a las pilas y otro a las calderas para aumentar su temperatura. El manantial nace en la falda occidental de la sierra denominada Gastiburu, en un terreno calizo.

Fecha Analistas o promotores de los análisis Valoración de las aguas
1853 Pedro María Rubio Las aguas son claras y transparentes, de olor perceptible a larga distancia de hidrógeno sulfurado o de huevos podridos, y de sabor desagradable. Su temperatura constante es de 15º C. Corresponden, por su temperatura, a las frías, y por su composición química a las sulfurosas.
1880 Alberto Armendariz, médico director Después de nuevos ensayos en el manantial y después de llevar el agua a Madrid para analizarlos por el señor A. Coipe, las aguas son denominadas: sulfhídricas, cloruradas, sódicas, magnesianas, ferruginosas.
1881 En septiembre, visitan el balneario los doctores Magin Bonet y don Manuel Saénz Díez, catedráticos de la Universidad Central, para hacer un nuevo análisis ya que el médico director no está de acuerdo con el último. Tras este último análisis se constata claramente la presencia de hierro y de materia orgánica en las aguas, cosa que ya había descubierto el doctor Armendariz. Como cuerpos mineralizadores tenemos: potasa, fosfatos, sílice, silicatos y litina, y sulfurosa en poca cantidad. Por tanto la nueva denominación es: sulfhídricas, cloruradas sódicas, variedad silicatadas líticas.
1876 ---------------------------------------- Las aguas, ateniéndose a su composición química fueron denominadas, curiosamente, sulfurosas accidentales
1884 ---------------------------------------- Denominación de las aguas: sulfuroso cálcicas frías.

Tabla 1. A lo largo de los años se han llevado a cabo diversos análisis de las aguas de los manantiales de este lugar. En esta tabla se recogen algunos de ellos. El primer análisis químico fue practicado en 1850, por don Bruño López La Calle, Farmacéutico de Gernika.

El edificio del balneario en 1876 es rectangular con seis pilas, cada una en un gabinete independiente. En el primero hay además un aparato de chorro. Cada pila tenía dos grifos que daban salida al agua, uno a la temperatura del manantial y otro a alta temperatura ya que venía desde una caldera de vapor que estaba situada en una habitación contigua. Por entonces no existía ni piscina ni estanque.

En este mismo año de 1876 se proyectan reformas urgentes, entre las que destaca la mejoría del camino que hay desde Kortezubi al balneario para los carruajes y la edificación de un nuevo local, unido a la fonda, y que tenga doce pilas, la piscina y aparatos de inhalación y pulverización.

El médico-director del centro en la temporada de 1876 es don José Barrena y Duroni.

Fecha Efectos terapéuticos
1876 Enfermedades crónicas de la piel: parasitarias, pitiriasis, sarna, fabus (tiña), acnés, herpes tonsurante y circinado crónicos, mentagra y cloasma. Se usan en baños solamente.
Diatésicas: herpétides (urticaria crónica, liquen crónico, prúrigo, pitiriasis, psoriasis, eczema crónico, pénfigo crónico, ectina crónico, impétigo), sifílodes (en todas sus manifestaciones), escrofúlides (impétigo escrofuloso y lupus ulceroso), pelagra, acronidia y en la elefantiasis de los griegos (lepra). Se toman tanto interior como exteriormente.
En la diátesis son muy útiles en la escrofulosa con temperaturas de 36 a 40 grados, alternando con baños salinos; en la sifilítica, siendo más útil en su período secundario; en la artrítica (gota) cuando no hay plétora y sobre todo en la herpética. En la diátesis cancerosa, sin ser perjudicial no da un resultado ventajoso.
Anemia y cloroanemia, siendo los resultados mejores con aguas ferruginosas.
Congestiones serosas.
Dismenorrea, en caso de de que las aguas salinas no hayan dado el resultado apetecido.
Infartos de hígado y bazo y reblandecimiento de la médula espinal. Mejor usadas en chorro.
Algunas neurosis, como en el corea y en la epilepsia.
En cicatrices y retracciones producidas por quemaduras y heridas de fuego, fracturas sin consolidar y anquilosis.
En fístulas, si no dan resultados los baños marinos.
En úlceras venéreas, escrofulosas y sobre todo en las herpéticas
Hidrartrosis y tumores blancos dependientes de la diatesis escrofulosa.
Caries y raquitismo. En este caso son mejores combinadas con las aguas salinas cloruradas.
Reumatismo muscular y articular. Más efecto a altas temperaturas.
Parálisis. Sólo en la diftérica.
Inflamaciones crónicas: peritonitis, cistitis, laringitis, bronquitis, pulmonía de centros nerviosos y sus membranas, catarro bronquial crónico, atrofia muscular progresiva, otorrea, iritis y retinitis sifilíticas, y en la blefaritis purpurácea.
1883 Tras el nuevo análisis realizado se dan como indicaciones terapéuticas, las afecciones sostenidas por el vicio herpético y escrofuloso; los reumatismos y los catarros en general, sobre todo en las vías respiratorias.
1884 Afecciones de vías aéreas crónicas, dermatosis herpéticas no muy intensas, diátesis herpéticas escrofulosas y sifilíticas en general.

Tabla 2. En esta tabla se recogen los efectos terapéuticos que se le asignan a sus aguas en los años 1876, 1883 y 1884. En 1876, sin embargo, estas aguas están contraindicadas en los siguientes casos: sujetos expuestos a espasmos, congestiones cerebrales y hemorragias; cuando hay síntomas inflamatorios agudos durante la preñez; en afecciones escorbúticas y tuberculosas y en las del centro circulatorio o de los grandes vasos. En este mismo año, y con los medios de que dispone el balneario, dado que no pueden administrarse en forma de inhalación y pulverización por falta de aparatos, las aguas se pueden tomar en forma de baño general, chorro, inyecciones, gargarismos y bebida.

En 1877 el edificio era, según descripción, un paralelogramo de dos pisos, estando en la planta baja el depósito, el horno, la caldera, la bomba y los seis gabinetes descritos; en el primer piso había habitaciones para el bañero y clase poco acomodada (enfermos con su comida). Este mismo año la propietaria del establecimiento ha proporcionado dos pulverizaciones manuales para el tratamiento de las afecciones de las vías respiratorias.

En 1880 se construye un nuevo establecimiento, por el arquitecto de Durango señor Artaube. El nuevo edificio del balneario, fue construido sobre el primitivo y su descripción es la siguiente: planta baja con puerta de entrada en la fachada Suroeste del edificio y un pasillo central de tres metros que lo divide en dos partes. Enfrente de la puerta de entrada y al final del pasillo central se encuentra la caprichosa y artística fuente del agua mineral, que brota del centro de una gruta artificial, formada de estalactitas y estalagmitas naturales y encerrada en una doble galería de cristales.

La parte derecha del pasillo está ocupada por el despacho del médico director, Ios cuartos de baño, la sala de inhalaciones con un inhalador de forma octogonal, cerrado por su parte superior con una pirámide de cristales que tiene una ventanilla móvil, ajustada a cada lado del octógono. En el fondo del inhalador, y de entre unas peñas artísticamente combinadas, brota un surtidor en regadera que alimenta de agua (a temperatura variable) y por consiguiente de gases, a dicho aparato. Después hay otras dos habitaciones de baño y por último la sala de hidroterapia que comprende: una tribuna hidroterápica de aplicación y dirección, chorros de distintas presiones, dimensiones y temperaturas, ducha escocesa, baño de lluvia frío y caliente, baño de asiento con ducha lumbar, circular, ascendente y descendente y uterovaginal, una silla articulada para duchas uterovaginales, ascendente rectal y manga móvil con boquillas variables a voluntad.

Data 1883 1886 1888
Acomodada 271 223 153
Pobre 3 9 4
Tropa 1 1 1
Total 275 223 158

Tabla 3. Estadísticas de enfermos/as. No se atiende oficialmente gratis en el balneario a los pacientes pobres, y en 1883 el médico director critica esta situación, diciendo que al no tener recursos para una buena alimentación no se pueden obtener buenos resultados con el uso de aguas, y aduce que en otras provincias son las Diputaciones las que se encargan de proveer esa ayuda económica.

En la izquierda del pasillo central y en el mismo orden existen tres habitaciones de baños, la sala de pulverizaciones, con tres cálices de pulverización y cuatro pulverizadores comunes, variedad malla metálica; después hay otras dos habitaciones de baños y al final el cuarto destinado a baños y duchas de vapor y baño ruso. A continuación está la piscina que es un poco pequeña. Todas las habitaciones tienen un timbre eléctrico enlazado a un cuadro indicador de doce números.

Las pilas son de mármol jaspeado, teniendo cada una dos grifos.

La fachada sur del edificio se encuentra en parte cubierta por el desmonte, que ha sido preciso realizar.

En este mismo año de 1880 se construyó un nuevo ramal de carretera a expensas del propietario del establecimiento.

El médico-director en la temporada de 1880 es don Alberto Armendáriz. En la memoria recuerda a su antecesor el doctor Ayegui que ha fallecido, teniendo para él palabras de elogio y hacia sus intenciones de mejorar sus instalaciones, cosa que por fin se la llegado a conseguir.

En 1881 se demuestra la existencia de dos manantiales en el mismo depósito primitivo. Por ello los análisis practicados eran erróneos (manantial primitivo sulfuroso y nuevo manantial de carbonato ferroso a 19º C).


En 1880, el arquitecto Artaube,
proyectó esta estructura, en la que se
situarían las nuevas salas de baño, de
hidroterapia, el despacho del médico
director...

En 1881 se construye un nuevo depósito donde se recoge el agua procedente del manantial, debido a que es necesaria más agua, y por el cambio sufrido en los análisis practicados. Está situado a cuatro metros sobre el nivel de la sala de hidroterapia. En este mismo año se proyecta poner en comunicación directa las cañerías de agua fría y caliente y mejorar las habitaciones, cocina, hospedaje, etc.

Frente a la antigua hospedería existía un pequeño oratorio, como una caseta, dedicado a Santo Domingo de Guzmán por devoción del primer propietario y fundador del establecimiento, don Domingo de Uria, padre de la actual propietaria (1885), doña Gregoria de Uria. También existía una caballeriza antes de la hospedería.

En 1885, se cita por primera vez una galería cubierta, que une el edificio de planta baja con la sala planta principal del edificio del balneario. Tenía un comedor para 44 cubiertos y una sala de recreo. Detrás de este edificio hay una gran galería que se continúa con el pasillo-puente hasta el balneario. El propietario en 1880, sin que se conozca la causa, es el Capitán Alegría.

En 1886 las propietarias son las herederas, viuda e hijas de don Domingo de Uria. Este mismo año el médico director solicita un total de 36 reformas en el establecimiento.

Desde el año 1883, la temporada oficial de baños es del 15 de junio hasta finales de septiembre.

En 1860, el señor Uria construyó la actual hospedería a unos 60 metros del balneario y que fue reformada la temporada pasada de 1859. En ella normalmente se alojan la clase acomodada y media.

Este edificio es un cuadrilátero con cuatro pisos. Su fachada principal da al Sur y los pisos están divididos en departamentos y habitaciones. En el piso bajo está situada la cocina, la despensa y el comedor. En el piso principal y segundo hay trece habitaciones con dos camas y dos salones de recreo cada uno. En el piso tercero hay trece habitaciones abuhardilladas y una pequeña cocina para los bañistas que comen por su cuenta.

Cyurados Aliviados Sin alivio
1876 231 - 14
1878 32 124 22
1880 11 230 6
1881 6 216 11
1882 52 74 5
1883 105 142 28
1884 76 118 111
1885 55 129 16
1886 37 193 3
1887 35 134 7
1888 2 144 12
1891 63 198 38

Tabla 4. Curación de enfermedades.

En 1887 definitivamente existen tres manantiales: dos sulfurosos, de los que uno no está explotado, y otro ferruginoso.

En 1888 llega, procedente de Artea, el nuevo médico-director don Vicente de Urrecha.

El director en 1891 es don Miguel G. Cumaleño.

Después de los herederos de don Domingo de Uria, el balneario pasa por varios manos, ocupando la parte destinada a hotel, durante poco tiempo, unas religiosas benedictinas francesas. Después fueron los propietarios don Eusebio Iturri, don Antonio Onaindia, don Domingo Berriochoa, y don Valentín Bengoechea, y pasando en 1927 a la Sociedad Rural Española, que instala en él una granja modelo, con escuela práctica de agricultura, pero con el deseo de que no sólo se interrumpa la utilización del balneario sino que aumente el número de bañistas.

Urtea Gaixotasuna Gaixo-kopurua Oharrak
1876 Sarna
Reumatismos
Escrófulas
Cicatrices
Sarnoso
65
50
34
22
Más de 60
Debido a la climatología del país, abundan las enfermedades reumáticas, el asma, las intermitentes y bronquitis, no habiendo últimamente endemias ni epidemias en la provincia
1877 Herpes
Reumatismos
Sarna
137
57
12
El brote de sarna remite y se aduce que disminuye debido al final de la guerra civil. Ha habido en la provincia una epidemia de tosferina
1878 Herpéticos
Sarnosos
Reumatismos
117
20
41
En los herpéticos, el médico-director, da un dato de 20 enfermos sin resultados y lo achaca a no obedecerle en los 20 días de estancia, quejándose de que la gente no se queda más días en el balneario por problemas económicos y los critica diciendo que lo primero es la salud
1880 Escrofulismos
Herpes
Sífilis
Reumatismos
Nerviosismo
Clorosis
Respiratorio
Genitourinario
Conjuntiva ocular
Profilaxis
67
42
19
29
26
9
45
7
3
20
El médico director engloba dentro del nerviosismo aquellos padecimientos que se caracterizan por perturbaciones funcionales del sistema nervioso cerebro-espinal
1881 Vías respiratorias
Genitourinario
Circulación
Médula
Escrofulosas
Reumáticas
Herpéticas
Sifilíticas
Histero-nerviosas
Profilaxis
40
5
6
1
59
50
38
12
22
9
1882 Herpetismo
Escrofulismo
Reumatismo
Respiratorio
40
90
40
33
1883 Cutáneas
Respiratorio
Escrófulas
Reumáticas
Faringitis granulosa
Otras
89
58
27
29
21
51
1884 Herpetismo
Catarro pulmonar
Catarro vesical
Laringitis
Escrófulas
Reumatismos
Otras
95
76
20
48
32
12
22
Ha habido una endemia de tosferina, y los niños que han sido atendidos de este cuadro se incluyen en el catarro pulmonar. Por otro lado, el director médico notifica la existencia de cólera morbo asiáticas en la provincia, y lo justifica por ello la disminución de la asistencia al balneario
1885 Escrofulismo
Herpetismo
Reumatismo
Respiratorio
Otras
36
73
33
41
17
El director médico comienza la memoria con la noticia de la disminución de la concurrencia debido a la epidemia de cólera. La provincia de Bizkaia, dice que sólo se ha visto afectada en casos aislados, pero que sin embargo los/las bañistas, tenían miedo a acudir a los baños y los/las que lo hacían permanecían en ellos poco tiempo.
1886 Escrofulismo
Herpetismo
Reumatismo
Respiratorio
Otras
25
81
30
8
38
61
1887 Reumatismo
Escrofulismo
Herpetismo
Respiratorio
Otros
36
55
14
34
37
1888 En este año las cifras de las diferentes enfermedades no se entienden en la estadística
1891 Reumatismo
Escrófula
Herpetismo
Discrasias
Respiratorios
Varios
15
54
55
20
57
104

Tabla 5. En esta tabla se recogen las enfermedades más frecuentes que concurrieron al balneario, y de las que hay datos por años.

Para acabar de mencionar todos los manantiales comentar que en las cercanías del establecimiento hay dos fuentes de aguas ferruginosas carbonatadas, y otra de agua potable. Además, detrás del edificio del balneario se describe, asimismo, un arroyo.

1878 1883 1886 1888
Bizkaia 283 263 195 153
Madrid 8 3 1
Valladolid 1 7
Ciudad Real 1
Otras provincias 8 8
Extranjero 18

Tabla 6. Procedencia de los/las pacientes.

Este edificio funcionó como balneario hasta la guerra civil española (1939). Sus propietarios los Sres. Gomeza, lo ceden a los Padres Javerianos, religiosos italianos que tienen en él un seminario, un lugar para reuniones de tipo religioso para seglares, un centro de retiro y un centro de encuentro de tipo religioso. Así continúa de 1965 a 1978. Desde 1985 la Fundación Etorkintza es la propietaria del terreno y edificios en los que anteriormente se localizaba el balneario y posteriormente el seminario de los Javerianos. De estas instalaciones dispone autónomamente para la prestación de los servicios propios de su misión y finalidad, entre ellos prestar tratamiento a personas drogodependientes y desarrollar programas de inclusión social y empleabilidad. Actualmente, el manantial no se encuentra en condiciones para ser utilizado con fines terapéuticos. Asimismo, cuando la Fundación Etorkintza adquirió estas instalaciones, ya no existían ni los baños, ni la canalización de las aguas. Y el estado de conservación del edificio que albergó el primer hotel y el baño del balneario, actualmente, no es peor, gracias a que esta Fundación ha invertido una cantidad sustancial de sus fondos en arreglo de la cubierta y en su mantenimiento.

1853 Según don Pedro María Rubio, el precio de cada baño en bañeras de zinc es de 4 reales, y 4 y medio en las de mármol. Los pobres de solemnidad, que acreditasen tal condición, se bañaban gratis.
Por otro lado, cada bañista que tomase más de cinco baños satisfacía al facultativo consultor, 4 reales al menos, y otro tanto cuantas veces quisiera consultarle.
1876 La expedición de papeletas para el uso de las aguas importa 10 reales, y la consulta 20 reales, no cobrándose a los/las pobres. En este mismo año el alojamiento y comida tienen los siguientes precios:
Clase acomodada …………………………….…….. 20 reales/día
Clase media ……………………….………………… 14 reales/día
Clase pobre …………………………………………… 2,50 reales/día
El baño o chorro importa 4 reales y la botella 2 reales, siendo gratis el agua de bebida.
1883 Se tomaron 1.232 baños generales, 723 pulverizaciones, 799 inhalaciones, 194 duchas de todas clases y 46 baños de vapor. Por otro lado, se embotella el agua para la venta y su utilización como bebida en un total de 1.100 litros.
1885 Las ganancias totales en el balneario fueron:
Baños generales ………………………………..……. 1.600 a 1,25 ptas.
Duchas …………………………………………………… 200 a 1,50 ptas.
Inhalaciones ……………………………………………… 490 a 0,50 ptas.
Pulverizaciones ………………………………………….. 800 a 0,75 ptas.
Bebida ……………………………………………………............ 1,50 ptas
El total recaudado en la temporada asciende a 3.414 ptas.

Tabla 7. Algunos datos económicos y de embotellamiento.

Para obtener más información sobre este apartado es recomendable consultar la publicación titulada Historia de los Balnearios de Bizkaia. La mayor parte de la información aquí recogida procede de ese libro.

BIBLIOGRAFÍA

+ REYES PÉREZ FERNÁNDEZ, MARÍA. Principios de Hidroterapia y Balneroterapia. MacGraw-Hil / Interamericana. Madrid, 2005.

+ SARRIONANDIA GURTUBAY, MAGDALENA. Historia de los Balnearios de Bizkaia. Bizkaiko Foru Aldundia. Bilbo, 1989

+ Izaskun Sastre. Etorkintza Komunitate Terapeutikoko tratamendu Koordinatzailea. Aldaba Gernika-Lumo Aldizkaria, nº 175, septiembre-octubre de 2012.

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